Moldea la tierra a tu voluntad, erige monumentos, haz que te adoren, desata los poderes del Ankh y logra que Custodios legendarios se unan a ti en la contienda. Necesitarás tanto fuerza como astucia para dominar el reino y aventajar al resto de los dioses en la guerra por la devoción. Conforme se agoten las arenas del tiempo, aquellos que se queden atrás se fusionarán en una nueva deidad o caerán en el olvido. ¡Solo puede haber un dios de Egipto!